Monte Ararat

En las gélidas planicies de Anatolia, donde convergen los actuales límites de Turquía, Armenia e Irán, se levanta imponente una montaña sagrada. Su nombre no figura entre las cumbres más elevadas, ya que "sólo" alcanza los 5.156 metros de altura, pero sí entre las más inaccesibles de la tierra. Símbolo de intervención divina, su nombre entraña un mensaje para todos los pueblos del mundo. Como diría el arqueólogo y escritor Charles Berlitz, "un nombre que promete y enseña, ordena y a veces incluso amenaza. Este nombre es Ararat". El monte Ararat (en turco Ağrı Dağı, derivado del kurdo çiyayê agirî, montaña de fuego; Արարատ en armenio; Αραράτ en griego; en hebreo אררט; en persa آرارات) es definitivamente una montaña sagrada. Su historia es la del Diluvio Universal. Multitud de fuentes acreditan que, en sus albas laderas, enfundadas en nieve, se halla aún el arca que le permitió a Noé salvar a la humanidad y las especies animales de la gran inundación bíblica.


Está localizada en el extremo nordeste de Turquía, a 16 km al oeste de Irán y a 32 km al sur de Armenia, con coordenadas geograficas 39°42′N 44°17′E. La montaña es considerada como una de las más singulares de la Tierra por su amplia base y la predominancia de su silueta en el paisaje. Un cono más pequeño (3.896 m), el Monte Masis, se eleva al sudeste del pico principal. Una meseta de lava se extiende entre los dos pináculos.


Técnicamente, el Ararat es un estratovolcano, formado a partir de flujos de lava y eyecciones de materiales piroclásticos. La última actividad volcánica registrada en la montaña fue un terremoto importante en julio de 1840 centrado alrededor del Desfiladero de Ahora, una larga sima de dirección nordeste que cae unos 1.825 m desde la cumbre de la montaña.



EL SECRETO DEL MONTE ARARAT, SU MISTICISMO
El Ararat ha sido reconocido como el sitio donde descansan los restos de la antigua embarcación del Noé bíblico, luego que descendieran las aguas del Diluvio. Desde entonces ha sido un lugar sagrado. El Ararat es un lugar simbólico. Es el guardián del Arca salvífica y es patrimonio de la fé en un sentido universal.


Junto con los múltiples mitos de un diluvio producido por la ira divina, también existen relatos paralelos de supervivientes en una embarcación que reposa sobre una montaña. La tradición favorece al monte Ararat más que a cualquier otro sitio. El mito hindú del diluvio habla de una montaña al norte. Los griegos mencionan al monte Parnaso o el Otris en Tesalia. Pero el hecho que fuera en realidad el monte Ararat donde reposó el Arca, está apoyado por dos tradiciones antiquísimas: El Antiguo Testamento y La Epopeya de Gilgamesh (un mito sumerio).

El Arca de Noé
En Génesis 8:4, la mayoría de las Biblias traducen "el Arca descansó sobre los montes Ararat". El diluvio bíblico vino a causa de la excesiva violencia e impiedad que existían entonces. En su cumbre, después que se purificó el mundo, Jehová tranquilizó a Noé. Le dijo que nunca más ocurriría un cataclismo semejante; siempre y cuando el hombre no violara una ley: no derramar sangre inocente; es decir, no asesinar. Para ello dió el "arco iris" como garantía. Está de de más explicar que estas normas fueron transgredidas desde el mismo comienzo de la civilización, inutilizando de inicio el "Pacto del Arco Iris".


Ya para la antigüedad tardía, se encuentran citas del monte Ararat en los anales de los historiadores clásicos. Beroso cuenta: "que parte de la nave se encuentra todavía en Armenia (...) y que algunas gentes le quitan los trozos de pez y se los llevan, los persas los utilizaban como amuletos" . Nicolás de Damasco, amigo y biógrafo de Herodes el Grande, en el libro 96 de su Historia Universal dice: "En Armenia, más allá de la región de Mineas, hay una montaña enorme (...), en la que cuenta la tradición que se refugió mucha gente con ocasión de un diluvio, logrando salvarse, y cuenta que cierta persona que navegaba en un arca encalló en la cima de la montaña, y que se conservaría por mucho tiempo los restos del maderamen".

En los últimos cincuenta años, tras la aparición de unas polémicas fotografías en las que según algunos investigadores se apreciaban restos de dicha Arca en las estribaciones de esta montaña, diversas expediciones se han dirigido a este lugar con el fin de corroborar la afirmación del Libro del Génesis, con resultados negativos hasta el día de hoy.

La leyenda de Gilgamesh
El monte Nisir es donde Ut-Napistim (el Noé del mito sumerio) dejó varada su embarcación después del diluvio. Gilgamesh, el héroe de la epopeya, tiene que viajar más allá del tránsito solar, donde habitan los hombres escorpiones. Su objetivo era encontrar a Ut-Napistim, para que le desvelara el secreto de la inmortalidad. Para ello emprende el camino de los montes Mashu ("gemelos") hacia el lugar por donde Shamash retorna cada noche (¿el norte?), lo que podría sugerir el paso desde la llanura Mesopotamia al Mar Negro a través de los desfiladeros entre el Masis y el Ararat. Allí, al norte, donde están las fuentes del Éufrates, en la antigüedad existía el reino de Urartu. Ut-Napistim, según el mismo mito, era hijo de "Ubartutu", quizás haciendo referencia a esta región. Es significativo que el nombre Ararat proviene de esta etimología. Por lo tanto, los montes Ararat y Nisir parecen hacer alusión al mismo lugar. Después de que Gilgamesh intentara escalar este pico "que llegaba hasta el cielo", las fuentes silencian cualquier otro hecho de estas características.


Hacia el 5600 aC, una crecida de las aguas del Mediterráneo y el Mármara inundó el valle fluvial proveniente de un extenso lago de agua dulce cercano que, con la irrupción de las aguas a través del Bósforo (Oeste de Turquía), se convirtió en el Mar Negro actual. Según algunas opiniones, la gran inundación resultante, que debió afectar a las poblaciones y granjas de la costa norte del Mar Negro, sería la base histórica de los relatos sobre el diluvio incluidos dentro de la Epopeya de Gilgamesh y la Biblia.


Los Diez Mil Mártires del Monte Ararat
En la montaña también tiene su localización la leyenda de «Los Diez Mil Mártires del Monte Ararat». Los diez mil mártires del Monte Ararat fueron, según la leyenda, soldados romanos que se convirtieron al cristianismo y, por ello, fueron crucificados en dicha montaña por orden del emperador. Los mártires son conmemorados por la Iglesia Católica pero no (como podría esperarse dada la localización geográfica del Monte Ararat) por la Iglesia Ortodoxa Oriental o la Iglesia Apostólica Armenia, por lo que se piensa que la historia no tiene una base histórica firme. El acontecimiento es el tema de la pintura, «Los Diez Mil Mártires del Monte Ararat» de Vittore Carpaccio.


Al pie de la montaña sagrada, se encuentran las ruinas del que fue el Monasterio de Etchmiadzine. Se cuenta que, durante siglos, este recinto guardó celosamente una reliquia en la Catedral de San Gregorio. Era un trozo de madera petrificado. Los kurdos sostienen que era parte del Arca de Noé. Según una leyenda que data de la era cristiana, un monje intentó alcanzar la cima del Ararat con la sola intención de rendir devoción a Dios. Pero a la mitad del camino un profundo letargo se apoderó de él. Soñó con un ángel que le advirtió que regresara sobre sus pasos porque, mientras el Arca repose allí, Dios no permitiría que se acerque hombre alguno. Al despertar encontró el trozo de madera entre sus manos. Lamentablemente este relato no se puede comprobar debido a que un terremoto destruyó parte del Monasterio y como consecuencia la reliquia desapareció.


Excluyendo esta historia y las escuetas menciones de los escritores clásicos, se ha guardado un misterioso silencio sobre las exploraciones en el lugar. Desde los tiempos del diluvio bíblico hasta el siglo XIX, según se cree, no se ha intentado emprender el ascenso al Ararat. La respuesta del por qué quizás haya que buscarla en el oscuro campo de las supersticiones. Hasta mediados del siglo XVIII, por lo general no se dudaba del caracter histórico del diluvio ni de la persona de Noé. Pero el avance de las ciencias y las ideas, como La Alta Crítica de la Biblia o la teoría darwiniana de la evolución, hicieron que muchos pusieran en tela de juicio la autenticidad del relato del Génesis. Motivando a que algunos se aventuraran a explorar el Ararat en busca del arca perdida. Si bien es cierto que los porteadores nativos, hasta el día de hoy, rehusan ascender a la montaña más allá de cierto punto, porque la consideran una "zona mágica".


SIMBOLISMO ARMENIO
Aunque la montaña está localizada en Turquía, el Monte Ararat es el símbolo nacional de Armenia, y fue en su día parte de su territorio. El Monte Ararat aparece en el centro del Escudo de armas de Armenia. La montaña es claramente visible desde la mayor parte de la República de Armenia, incluida su capital Yerevan, y es representada a menudo por artistas armenios en pinturas, grabados en obsidiana (piedra volcánica de la cordillera) y demás objetos.


Yerevan, capital de Armenia, con el Monte Ararat al fondo.

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En un plano más terrenal, existen numerosas expediciones de montañeros que gustan de subir al monte, considerado de "nivel III" por los alpinistas, lo que indica que es una ascensión de dureza sólo accesible a montañeros experimentados.




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