"Cruzando el puente, los sonidos de İstanbul"


Desde un punto de vista occidental, la película muestra una ciudad extraña, tensa, erótica, peligrosa y tentadora. El músico Alexander Hacke se sumerge en esta fantástica ciudad en busca de fuentes musicales, influencias y diferentes perspectivas.

Estambul arde. Si Berlín fue la ciudad más de moda a principios de los 90 y La Habana a finales de la misma década, es posible que el nuevo milenio haya escogido a Estambul para representar a la nueva megaciudad europea. Hoy en día, muchos DJ, músicos y cantantes del mundo entero van a Estambul en busca de inspiración y del secreto de esta bella ciudad. Pero la cuestión es, ¿pertenece Estambul a Europa?


Mientras componía la banda sonora de «CONTRA LA PARED» en Estambul, Alexander Hacke, miembro de la vanguardista banda alemana «EINSTÜRZENDE NEUBAUTEN» durante más de 20 años, descubrió la ciudad y su música. Entró en contacto con los miembros del grupo neopsicodélico BABA ZULA que le pidieron que sustituyera a su bajista. No fue difícil convencer a este hombre que se dedica a experimentar con el sonido. Pero no llegó sólo con el bajo, también trajo un estudio móvil de grabación y su «micro mágico» con el que ha capturado sonidos exóticos en todo el mundo. Ha bautizado a este peculiar método, que le permite realizar grabaciones profesionales en casi cualquier sitio, como «grabación callejera».


Se propuso capturar la diversidad musical de Estambul para que se oyera en Occidente, desde los sonidos electrónicos más modernos, pasando por el rock y el hip-hop, hasta la música árabe más clásica. Fatih Akin, el director de «CONTRA LA PARED», le acompañó en su recorrido con su cámara y filmó la escena musical de una ciudad cuyos habitantes aman la música. La base de Alexander Hacke fue el venerable Büyük Londra Oteli (Gran Hotel de Londres) en el barrio de Beyöglü, quizá el punto más europeo de Turquía. A partir de ahí, recorrió un mundo extraño, contradictorio, lleno de vida y seductor, recogiendo impresiones y grabaciones, empujado por la fuerte corriente de esta enorme y multifacética ciudad.


Pero no existe la banda sonora ni la película que haga justicia a la diversidad y a la fuerza que generan las impresiones visuales y musicales de esta ciudad.



Baba Zula
En opinión de los miembros del grupo neopsicodélico BABA ZULA, en el que Alex Hacke sustituye al bajista, Estambul no pertenece ni a Oriente ni a Occidente. Numerosas influencias étnicas han conformado la ciudad en su larga historia, y este desarrollo sigue hoy en día. Cuando uno crece escuchando temas de Zeki Müren y de Pink Floyd, y si ninguno de los dos le convence, no queda más remedio que ir por su propio camino. El Bósforo, que sirve de línea divisoria entre Asia y Europa, se convierte en la metáfora del conflicto interno. BABA ZULA no se siente en casa en ninguna de las dos orillas, por eso la banda está rodada en el río. El grupo, compuesto por MURAT ERTEL (guitarra y «saz», una especie de laúd) y LEVENT AKMANN (percusión y efectos) sigue los pasos de grupos de principios de los 70 con una simbiosis de rock psicodélico con toques de jazz y sonidos orientales.

Hace dos años, el brujo MAD PROFESOR mezcló uno de sus discos y fue bastante más vendido en Europa que en Turquía, donde todavía no se aprecia su música. Pero BABA ZULA no tienen intención de cambiar de rumbo, aunque antes deban hacer escala en Europa.



Orient Expressions
El grupo está formado por dos DJ de Estambul, un saxo estadounidense, un virtuoso del «saz» y varios cantantes. Hasta hace poco, todo lo que tenía que ver con música DJ venía de fuera de Turquía, pero artistas como DJ YAKUZA y MURAT UNCUOGLU han cambiado esto, creando un estilo propio, añadiendo capas de música tradicional de Anatolia a los ritmos habituales, creando un sonido alegre y melancólico a la vez. El «saz» y la percusión oriental se mezclan fácilmente con el estilo DJ. Y cuando RICHARD, el saxofonista estadounidense, empieza a sacar notas de jazz y de blues, parece lo más natural del mundo. ORIENT EXPRESSIONS representa a un segmento joven y de moda en Estambul, sin inclinarse ante los dictámenes superficiales y discotequeros.



Duman
En Turquía, el rock sigue siendo una expresión de la rebelión y se parece todavía mucho al sonido guitarrero de los setenta. El mejor sitio para verlo es el barrio de Beyoglu; es muy posible que no haya otro lugar en el mundo con tanta gente con el pelo largo. DUMAN sigue tocando rock «tradicional» turco a pesar de añadir a sus temas una buena dosis de música punk. Influenciados por sus padres, amantes del heavy metal, crearon la banda siendo aún muy jóvenes, cantando en inglés y tocando en bares. A los 21 años, el cantante se mudó a Seattle, la capital del grunge, pero no tardó en echar de menos Estambul y empezó a componer temas en turco. Una de sus canciones más famosas es un himno a la ciudad de Estambul que vuelve locos a sus seguidores siempre que la tocan en directo. Puro punk rock con el que dan ganas de gritar, una oda al lado más oscuro de la metrópolis.



Replikas
Esta banda toca un rock más sofisticado, más intelectual. Sus miembros pertenecen a la clase alta y su educación no se diferenció en nada de la de sus semejantes en Europa. Se les inculcó valores occidentales, ignorando en general la cultura turca. No empezaron a darse cuenta hasta los veinte años y este despertar les dio un nuevo sentido de identidad en el que basaron su estilo musical.

A primera vista, aparte de las letras, es difícil detectar la influencia oriental. Tienen un sonido hecho de muchos estilos, pero la identidad turca se esconde debajo de la superficie. Son admiradores de la banda de Alex Hacke, EINSTÜRZENDE NEUBAUTEN, y en cuanto supieron que estaba en Estambul, se pusieron en contacto con él.

Dio la casualidad de que estaban renovando el local BABYLON y el espacio diáfano no tardó en convertirse en estudio. El BABYLON pertenece al imperio musical DOUBLEMOON, el primer productor y distribuidor de música contemporánea de Turquía.



Erkin Koray
Hasta hace 15 años, los defensores de la cultura turca debatían si era factible hacer rock turco, pero ERKIN KORAY ya lo había demostrado en los sesenta. Fue uno de los primeros en tocar música turca con amplificadores. También hizo versiones de temas de los Beatles y de los Stones con instrumentos turcos, por lo que fue tachado de provocador, ya que, en la época, se consideraba una expresión de la decadencia occidental. Pero no se rindió y hoy en día se le respeta por ser el primero que permitió una nueva comprensión de la música en Turquía. El guitarrista ha cumplido los sesenta, pero sigue siendo el mismo rebelde. Los jóvenes le llaman «Erkin Baba» y corean todos sus temas con pasión.



Ceza
En la orilla oriental de la ciudad, frente al Cuerno de Oro, está el barrio de Kadiköy que, con Bakirköy, se ha convertido en el baluarte del hip-hop en Estambul. Pero los que cruzan el Bósforo con la esperanza de encontrar un barrio deprimido ocupado por una nueva cultura juvenil se equivocan. El barrio se parece más bien a una ciudad de provincias con espléndidas vistas al mar de Mármara. Aquí encontramos a CEZA (El castigo), la versión turca de «Public Enemy».

CEZA, un joven muy serio, no tiene nada que ver con la actitud forzada de los raperos americanos. Recita sus rimas con un impresionante ritmo entrecortado, como si se hubiera tragado un AK- 47 y fuera un predicador con algunas anfetas en el cuerpo. Sirviéndose de la popularidad del hiphop, su objetivo es dar a conocer su punto de vista social y político, basado en su vida y su psicología. La amistad tiene un papel central en su filosofía y considera a su círculo de amigos como su familia. Siempre está dispuesto a ayudar a su hermana, también cantante de rap, que intenta abrirse camino en el mundo machista de la música rap.



Istanbul Style Breakers
Si los chicos del barrio de Kadiköy se consideran un círculo de amigos, la escena musical de Bakirköy es más underground. El barrio es menos céntrico y está poblado en su mayoría por emigrantes de Anatolia. Los ISTANBUL STYLE BREAKERS son un grupo no muy definido de adolescentes que sienten pasión por el breakdance. Demuestran sus habilidades en la calle y en discotecas. Su objetivo es enseñar a otros adolescentes las ventajas de un buen estado físico y mental, y apartarles de las drogas y otras influencias destructivas.



Mercan Dede
El derviche digital MERCAN DEDE es uno de los artistas más populares de la escena musical actual. Ningún músico turco fusiona los modernos ritmos disco con la música tradicional sufí. Es tan hábil con la flauta como con los ordenadores. Es un virtuoso y los músicos que le acompañan son de los mejores. El grupo que llevó en la gira mundial de 2004 estaba formado por los solistas de los que se ha ido rodeando progresivamente durante los pasados años. El clarinetista tiene 16 años, es gitano y habría encantado a Benny Goodman y a Ornette Coleman.

De niño, MERCAN DEDE iba a casa en un taxi comunal (un dolmus) cuando oyó una música maravillosa tocada por una flauta de bambú, una «ney». Decidió que aprendería a tocarla. Dicen que se tarda un año en sacar una nota clara de una «ney». Este instrumento tiene un papel importante en el sufismo y en la danza de los derviches. Antaño, bailaban para alcanzar un estado de trance, pero hoy en día, estos bailes se celebran sobre todo para los turistas ya que los numerosos monasterios sufíes han cerrado sus puertas. Cuando los derviches aparecen en el escenario durante las interpretaciones de MERCAN DEDE, no lo hacen por exotismo, sino para que siga viva una tradición cultural en esta época de globalización.



Selim Sesler
Hay personas que son músicos natos. Algún instrumento cae en sus manos durante su infancia y se convierten en maestros del mismo. SELIM SESLER es una de estas personas y su instrumento es el clarinete. SELIM es gitano; nació en Kesan, una pequeña y árida ciudad de Traquia, en la parte europea de Turquía, a unos 250 kilómetros de Estambul. Ha llevado la música de su país al mundo entero y ha realizado numerosas grabaciones. Sigámosle a su pueblo natal. En Kesan, nos unimos a una «fasil», una reunión tradicional en la que los hombres quedan en un bar para beber y tocar. Su música conmoverá a todo amante del jazz. SELIM nos lleva al barrio de su niñez donde tiene lugar una boda gitana, pero estamos en otro planeta, aquí la novia va vestida de negro. La orquesta de la boda desafina ligeramente, pero la melodía seguirá con nosotros cuando regresemos a la gran ciudad; no tiene nada de sorprendente, hay muchos gitanos afincados en Estambul, sobre todo en el barrio de Tarlabase, donde SELIM vive todavía. Cuando llegó a la ciudad hace 18 años, tocaba en restaurantes y cafés por unas cuantas liras, pero la sociedad turca ha empezado a aceptar a los gitanos, sobre todo porque han descubierto que sienten pasión por la música tradicional. Los bohemios de la clase alta de Estambul descubrieron a SELIM SESLER y por fin, su música tiene el respeto que se merece.



Brenna MacCrimmon
La cantante folk canadiense lleva a Estambul debajo de la piel. Vivió allí varios años, habla turco con fluidez y canta en este idioma. El profundo amor que siente por la música turca la ha convertido en una artista famosa en Turquía. Todo empezó cuando un amigo suyo le dio una cinta con música de los 50 y de los 60 tocada por músicos turcos en Bulgaria. Aprovechó un viaje a este país para saber un poco más. Recorrió pueblos preguntando si la gente aún conservaba viejos discos y algunos le entregaron auténticos tesoros. BRENNA quería volver a dar vida a esta música perdida y encontró al compañero perfecto en SELIM SESLER. Grabaron un CD que creó una auténtica conmoción. La gente se alegraba y se avergonzaba de que una joven canadiense se interesara por viejas canciones olvidadas y las cantara en turco. Había redescubierto partes de una cultura que habían olvidado. BRENNA vive actualmente en Canadá, pero reconoce que siempre que vuelve a Estambul, es como regresar a casa.



Siyasiyabend
SIYASIYABEND, el nombre de un héroe mítico, no es una banda propiamente dicha, sino un grupo de marginados cuya pasión es la música callejera. Tocan en las callejuelas, en las zonas peatonales y las plazas de Beyoglu. Su primer objetivo no es ganarse la vida ni ver cuántas monedas caen en la funda de la guitarra. Ante todo, quieren sacar a la gente de su letargo, protestar y comunicar su visión de un mundo mejor y más justo. En la calle, tienen acceso a todos, desde los críos que esnifan pegamento a los ejecutivos trajeados.

Se enorgullecen de lo que hacen, rechazan los mecanismos de la sociedad de consumo y se dejan llevar por un auténtico romanticismo callejero, aunque la suciedad les destruya. Su música cambia con su humor. A veces es una mezcla de rock y jazz, otras se inclinan por el folclore y, a veces, por la canción protesta en la que BISON, el cantante, suena como un Bob Dylan turco. Les han echado de todas partes hasta que han conseguido encontrar un sitio en la plaza Tünel, entre los estudiantes y los turistas, donde nadie les molesta. Hay drogas, claro, y no lo tienen fácil, pero creen que la música puede cambiar el mundo. Gran parte de la sociedad los rechaza, rehusando reconocer su talento, pero seguirán tocando a pesar de todo.



Aynur
No hace mucho, los kurdos y otras minorías étnicas tenían prohibido hablar, cantar en su idioma así como propagar su cultura en Turquía. La discriminación y la persecución de las que fueron objeto, cuyo único fin era eliminar cualquier diferencia en una sociedad multiétnica, son ahora cosas del pasado ya que Turquía se ha visto obligada a cambiar su política si quiere formar parte de la Unión Europea.

La cantante AYNUR aprovecha esta nueva libertad para presentar las tradiciones de su pueblo y convertirse en la cara actual de la antigua música kurda. Sus canciones son los lamentos y la epopeya de un pueblo maltratado y perseguido. La música se llama «dengbejen» y tiene influencias árabes, mesopotámicas e incluso judías.

Como muchos kurdos en los últimos veinte años, AYNUR y su familia emigraron a Estambul. Muchos kurdos de su edad han olvidado su idioma debido a la prohibición que reinaba. Las intérpretes como AYNUR simbolizan la recobrada confianza de los kurdos en Turquía.



Orhan Gencebay
Es una de las grandes estrellas de Turquía, se le ha llamado el Elvis de la música de estilo árabe. Es muy popular y querido, el héroe de los taxistas. Ha vendido millones de copias desde que empezó su carrera en 1960 y fue un actor famoso cuando la industria cinematográfica turca era boyante. Toca un instrumento que puede describirse como un laúd alargado llamado «saz» de los que tiene una enorme colección y de los que es un auténtico maestro. Ha compuesto todas sus canciones con el más antiguo de ellos. Nadie ha desarrollado tanto la música de estilo árabe como él con su instrumento. En 1934, cuando la música turca fue prohibida en la radio, la población islámica escuchaba emisoras árabes y la música turca sufrió una fuerte influencia árabe, de ahí el término «estilo árabe». Más tarde, el cantante popularizó esta moda, pero nunca ha tocado en directo. Más bien es un investigador de la música oriental, tanto artística como popular, recuperando viejas canciones y buscando nuevas estructuras. Sin embargo, un movimiento intelectual conservador le acusó de traicionar la herencia cultural turca y el «estilo árabe» se convirtió en un término peyorativo. Todavía hoy, el músico siente que no se ha sabido apreciar su verdadero talento. Aceptó grabar en directo por primera vez en su vida para ALEX HACKE.



Müzeyyen Senar
Dice ser la última de una estirpe. Tiene 86 años. Nació en un pueblecito y vino a Estambul a los diez años. Creció en Üsküdar, a la sombra del gran puente, en la orilla asiática de la ciudad. De niña, tartamudeaba y se refugió en las canciones. Subió a un escenario por primera vez en 1933 y grabó su primer disco ese mismo año. Se convirtió en una estrella de la radio, salió con Atatürk en los años treinta, fue adorada por la clase alta en los cuarenta, sobre todo en Beyoglu, cuando aún se conocía como el «barrio francés». Las antiguas fotografías nos muestran una ciudad elegante, nada diferente de una metrópoli occidental.

Pero Turquía empezó a americanizarse y MÜZEYYEN SENAR y su música orientalizante de salón se vio relegada por la cultura pop. Dio su último concierto en 1983 y pronto fue olvidada. El Estado nunca se fió de ella, sus creencias bohemias la hacían sospechosa, y no fue reconocida oficialmente hasta hace poco.

No ha sido olvidada del todo gracias a SEZEN AKSU, que sigue invitando a la gran dama de la canción a que se una a ella en los escenarios, llamándola su «madre musical».También fue posible filmarla para este documental gracias a la cantante que reunió a una orquesta de ocho músicos cuya media de edad era de 75 años.



Sezen Aksu
SEZEN AKSU es la voz de Estambul, todos la escuchan, ricos y pobres, jóvenes y viejos. Incluso en la lejana Alemania, muchos emigrantes se duermen oyendo sus canciones. Desde sus comienzos en 1970, Turquía la ha venerado como a una diosa y es conocida mucho más allá de sus fronteras. Ha compuesto y cantado numerosas canciones acerca de Estambul. Canta a un viejo Estambul que no ha conocido. Las magníficas fotografías en blanco y negro de Ara Güler son el perfecto telón de fondo para su música. No fue fácil convencer a la diva de que cantara un tema para este documental.



TRAILER



Toda la información ha sido íntegramente extraída de la versión española de la web del film.

Descargar la película (versión original con subtítulos en español).


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En una nueva vuelta de tuerca, he añadido un link para descargar la película, me gustaría que, si alguno se la quisera descargar, me comentara si funciona bien. Es muy fácil hacerlo, pero para cualquier duda (que a buen seguro que la primera vez alguno la tendrá), podeis mirar esta entrada que he añadido con sencillas instrucciones. También podeis acceder al listado de archivos descargables. Todo ello estará disponible desde las entradas publicadas y desde la barra lateral roja.

Está claro que la piratería es delito, pero yo no pretendo lucrarme con esto, simplemente compartir conocimiento que, de otra manera, estaría vetado para la gran mayoría. La calidad del film es evidentemente inferior a un DVD o similar, por lo que el que quiera tener la película con una buena imagen y sonido, debe comprarse el original, al igual que pasa con el libro de İnci Kut con el que completo este curso.

Si este experimento funciona bien procuraré añadir links a otros films y/o discos musicales de las que hablo en el blog, para que podáis descargarlas. Evidentemente este trabajo supone conseguir una cantidad de material que no tengo, por lo que los enlaces los añadiré lentamente. Comentadme para poder mejorar. Hasta pronto!

1 comentarios:

estorde on 18 de julio de 2016, 15:01 dijo...

Una película documental que yo mismo he regalado a muchos amigos que me visitaban mientras vivía en esta vibrante ciudad y que para siempre formará parte de mi. Me encantaría ver una segunda parte del mismo.

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