La leyenda del Orient Express aun llega hasta nuestros días, pocos son los que alguna vez no han oído hablar de este tren mítico que llegó a unir tres continentes, fue estandarte del lujo de la Belle Époque y centro de intrigas y espionaje desde la Primera Guerra Mundial a la Guerra Fría. Aunque la línea, fue oficialmente cerrada en 1977, libros como "Asesinato en el Orient Express" de Agatha Christie o la película "Desde Rusia con amor" de 007, hacen que la historia de este tren único, sea digna de contarse.
Fue en 1883 cuando en el andén de la estación de Paris, el ingeniero belga Georges Nagelmackers con el apoyo del rey de Bélgica, pusieron el marcha el proyecto del Orient Express, el tren mas famoso del mundo que revolucionaria la forma de viajar de la época. Nagelmackers había estado en Estados Unidos y había viajado en los nuevos coches cama fabricados por la compañía Pullman. Pensó que era una buena idea que el podía exportar a Europa, pero quiso llegar una paso mas allá.
Su idea fue cambiar radicalmente la forma en que la gente viajaba haciendo que lo importante del viaje, no fuera llegar al destino si no el viaje en sí. Para ello creó un tren, en el cual cada persona, pudiera disponer de una cama, con sabanas limpias, cabina individual, ducha con agua caliente e incluso llegó a incluir una lámpara de mesita y un ventilador; toda una revolución para la época. En el momento de su inauguración, la Compañía internacional de los coches cama (Compagnie Internationale des Wagons-Lits, CIWL, fundada por Nagelmackers), aun no había obtenido todas las concesiones, por lo que solamente se llegó a al sur de Bucarest, donde los viajeros debían coger un tren rumano que los llevaba hasta el mar Negro. En el puerto de Varna los esperaba un ferry con el que alcanzaban su destino final. Lo que en un principio fue un inconveniente acabó por convertirse en una ventaja, ya que, en comparación con el modesto servicio rumano, el nuevo expreso parecía aún más majestuoso.
En 1889, el Orient, consiguió las concesiones necesarias pudiendo llegar a la capital otomana vía Budapest-Belgrado-Sofía. 3.186 Kilómetros en 67 horas y 35 minutos. Para entonces gozaba de un incomparable prestigio, no solo por el lujo, si no también por su puntualidad, lo que le llevó a convertirse en uno de los símbolos de la Belle Époque.
La apertura de la titánica obra de ingeniería de el túnel del Simplón, permitió el paso directo entre Suiza e Italia, por lo que nació una nueva ruta; el Simplón-Express, que se limitaba a realizar el recorrido Londres-Calais-París-Lausana-Milán y que dos años más tarde sería ampliado hasta Venecia.
La Primera Guerra Mundial, llevó la línea a su paralización por primera vez. Los vagones y coches cama fueron confiscados por los alemanes, que con ellos pusieron en marcha el Balkan Zug, tren que con todas las comodidades, realizó el trayecto Berlín-Constantinopla durante los años de guerra.
Por otro lado, la Compañía recibió el encargo de transformar uno de sus incomparables coches restaurante en un coche despacho para el mariscal aliado Ferdinand Foch. Iba a ser precisamente en este vagón donde finalmente se firmaría el armisticio el 11 de noviembre de 1918.
Pasada la Primera Guerra Mundial , el Orient, vivió su segunda edad de oro. En un principio, como un tren prácticamente militar para oficiales y diplomáticos aliados que incluso llegó a circular con escolta propia y evitando las zonas de influencia alemana.
Pero conforme Europa resurgía de la guerra, el tren, volvió a renacer de sus cenizas, basando este renacer en dos pilares: el principal, la metamorfosis del tren en una extensa línea ferroviaria, y junto al anterior, un incremento del lujo de los vagones, decorados por artistas de renombre. Cada coche era una pieza única, se sustituyeron los anteriores coches de madera de teca por coches metálicos y se encargó su decoración a artistas como René Prou y el maestro del art nouveau René Lalique, encargado de realizar los paneles de vidrio.
La caída del imperio Austro-Hungaro, hizo que nacieran nuevas rutas a la sombra del Orient, como el Simplón-Orient-Express, llamado a convertirse en el más famoso de todos los integrantes de la familia del Orient. El trayecto era el siguiente: Londres-Calais-París-Lausana-Milán-Venecia-Trieste-Ljubljana-Zagreb-Vinkovci. Allí se bifurcaba: una rama iba hacia Bucarest y la otra, hacia Belgrado. Solo en 1920 el tren llegó a Constantinopla vía Sofía, el Anatolia-Express permitía llegar a la nueva capital de Turquía, Ankara y el Taurus-Express alcanzaba El Cairo.
La Segunda Guerra mundial, volvió a paralizar el convoy, llevando al Orient a la vía muerta. Los alemannes, volvieron a crear un falso Orient, que unía Berlín y Estambul para la elite Nazi, pero este tren fracasó por los constantes sabotajes de la resistencia.
El Orient, no llegaría nunca a recuperarse totalmente, pero volvió a la vía en 1945, con grandes dificultades, pero ya nada volvería a ser lo mismo. Se añadieron coches de segunda y tercera, estos solo con asientos y la situación política de una Europa dividida en dos bloques, hacía que el tren tuviera que parar en constantes controles a su paso por países comunistas, haciendo que el viaje fuera cualquier cosa menos un viaje de placer.
Este tren mítico, pasó a convertirse de un tren de lujo, a un tren de emigrantes que intentaban escapar de sus países en vagones de tercera, además las elites que lo frecuentaron, se pasaron a la aviación comercial que por esa época comenzaba su auge.
En 1962, el Simplón Orient Express, fue cerrado de manera definitiva y el Orient Express, dejó de circular en 1977.
Actualmente todos los días, sale a las 17:16 de la estación Gare de l'Est, el Orient Express, parte de París hacia Viena, llegando a las 08:30 del día siguiente, Administrado siempre por funcionarios de la Wagon-Lits y las operadoras SNCF (Francia), DB (Alemania) y OBB (Austria), el actual Expreso de Oriente puede haber perdido mucho de su pompa, pero aún es considerado como una de las formas más convenientes de llegar a Austria saliendo de Francia.
Existe también una copia actual del Orient, que nada tiene que ver con el original y ha sido creada para turistas de lujo. El llamado Venice-Simplon Orient Express, formado por la compra de varios vagones pullman reformados, une Londres con Venecia por 1200 libras.
El Expreso de Oriente, debido a su fama, ya fue citado en algunos libros y filmes. Una de las referencias más conocidas está en el libro "Murder on the Orient Express" ("Asesinato en el Expreso Oriente"), escrito por Agatha Christie. En esta historia, el detective Hércules Poirot soluciona un crimen cometido a bordo del Simplon Orient Express. Otra referencia se encuentra en la obra "The Orient Express" ("El Expreso de Oriente"), escrito por Graham Greene. En los filmes, el Expreso de Oriente es citado en "From Russia with love ("Desde Rusia con amor"), de Ian Fleming, así como en la versión de 2004 del filme "Around the world in 80 days"("La vuelta al mundo en 80 días"), entre otros.
El Orient Express, un tren de leyenda que marcó una época en las altas élites europeas.
Información extraída de:
Fue en 1883 cuando en el andén de la estación de Paris, el ingeniero belga Georges Nagelmackers con el apoyo del rey de Bélgica, pusieron el marcha el proyecto del Orient Express, el tren mas famoso del mundo que revolucionaria la forma de viajar de la época. Nagelmackers había estado en Estados Unidos y había viajado en los nuevos coches cama fabricados por la compañía Pullman. Pensó que era una buena idea que el podía exportar a Europa, pero quiso llegar una paso mas allá.
Su idea fue cambiar radicalmente la forma en que la gente viajaba haciendo que lo importante del viaje, no fuera llegar al destino si no el viaje en sí. Para ello creó un tren, en el cual cada persona, pudiera disponer de una cama, con sabanas limpias, cabina individual, ducha con agua caliente e incluso llegó a incluir una lámpara de mesita y un ventilador; toda una revolución para la época. En el momento de su inauguración, la Compañía internacional de los coches cama (Compagnie Internationale des Wagons-Lits, CIWL, fundada por Nagelmackers), aun no había obtenido todas las concesiones, por lo que solamente se llegó a al sur de Bucarest, donde los viajeros debían coger un tren rumano que los llevaba hasta el mar Negro. En el puerto de Varna los esperaba un ferry con el que alcanzaban su destino final. Lo que en un principio fue un inconveniente acabó por convertirse en una ventaja, ya que, en comparación con el modesto servicio rumano, el nuevo expreso parecía aún más majestuoso.
En 1889, el Orient, consiguió las concesiones necesarias pudiendo llegar a la capital otomana vía Budapest-Belgrado-Sofía. 3.186 Kilómetros en 67 horas y 35 minutos. Para entonces gozaba de un incomparable prestigio, no solo por el lujo, si no también por su puntualidad, lo que le llevó a convertirse en uno de los símbolos de la Belle Époque.
La apertura de la titánica obra de ingeniería de el túnel del Simplón, permitió el paso directo entre Suiza e Italia, por lo que nació una nueva ruta; el Simplón-Express, que se limitaba a realizar el recorrido Londres-Calais-París-Lausana-Milán y que dos años más tarde sería ampliado hasta Venecia.
La Primera Guerra Mundial, llevó la línea a su paralización por primera vez. Los vagones y coches cama fueron confiscados por los alemanes, que con ellos pusieron en marcha el Balkan Zug, tren que con todas las comodidades, realizó el trayecto Berlín-Constantinopla durante los años de guerra.
Por otro lado, la Compañía recibió el encargo de transformar uno de sus incomparables coches restaurante en un coche despacho para el mariscal aliado Ferdinand Foch. Iba a ser precisamente en este vagón donde finalmente se firmaría el armisticio el 11 de noviembre de 1918.
Pasada la Primera Guerra Mundial , el Orient, vivió su segunda edad de oro. En un principio, como un tren prácticamente militar para oficiales y diplomáticos aliados que incluso llegó a circular con escolta propia y evitando las zonas de influencia alemana.
Pero conforme Europa resurgía de la guerra, el tren, volvió a renacer de sus cenizas, basando este renacer en dos pilares: el principal, la metamorfosis del tren en una extensa línea ferroviaria, y junto al anterior, un incremento del lujo de los vagones, decorados por artistas de renombre. Cada coche era una pieza única, se sustituyeron los anteriores coches de madera de teca por coches metálicos y se encargó su decoración a artistas como René Prou y el maestro del art nouveau René Lalique, encargado de realizar los paneles de vidrio.
La caída del imperio Austro-Hungaro, hizo que nacieran nuevas rutas a la sombra del Orient, como el Simplón-Orient-Express, llamado a convertirse en el más famoso de todos los integrantes de la familia del Orient. El trayecto era el siguiente: Londres-Calais-París-Lausana-Milán-Venecia-Trieste-Ljubljana-Zagreb-Vinkovci. Allí se bifurcaba: una rama iba hacia Bucarest y la otra, hacia Belgrado. Solo en 1920 el tren llegó a Constantinopla vía Sofía, el Anatolia-Express permitía llegar a la nueva capital de Turquía, Ankara y el Taurus-Express alcanzaba El Cairo.
La Segunda Guerra mundial, volvió a paralizar el convoy, llevando al Orient a la vía muerta. Los alemannes, volvieron a crear un falso Orient, que unía Berlín y Estambul para la elite Nazi, pero este tren fracasó por los constantes sabotajes de la resistencia.
El Orient, no llegaría nunca a recuperarse totalmente, pero volvió a la vía en 1945, con grandes dificultades, pero ya nada volvería a ser lo mismo. Se añadieron coches de segunda y tercera, estos solo con asientos y la situación política de una Europa dividida en dos bloques, hacía que el tren tuviera que parar en constantes controles a su paso por países comunistas, haciendo que el viaje fuera cualquier cosa menos un viaje de placer.
Este tren mítico, pasó a convertirse de un tren de lujo, a un tren de emigrantes que intentaban escapar de sus países en vagones de tercera, además las elites que lo frecuentaron, se pasaron a la aviación comercial que por esa época comenzaba su auge.
En 1962, el Simplón Orient Express, fue cerrado de manera definitiva y el Orient Express, dejó de circular en 1977.
Actualmente todos los días, sale a las 17:16 de la estación Gare de l'Est, el Orient Express, parte de París hacia Viena, llegando a las 08:30 del día siguiente, Administrado siempre por funcionarios de la Wagon-Lits y las operadoras SNCF (Francia), DB (Alemania) y OBB (Austria), el actual Expreso de Oriente puede haber perdido mucho de su pompa, pero aún es considerado como una de las formas más convenientes de llegar a Austria saliendo de Francia.
Existe también una copia actual del Orient, que nada tiene que ver con el original y ha sido creada para turistas de lujo. El llamado Venice-Simplon Orient Express, formado por la compra de varios vagones pullman reformados, une Londres con Venecia por 1200 libras.
El Expreso de Oriente, debido a su fama, ya fue citado en algunos libros y filmes. Una de las referencias más conocidas está en el libro "Murder on the Orient Express" ("Asesinato en el Expreso Oriente"), escrito por Agatha Christie. En esta historia, el detective Hércules Poirot soluciona un crimen cometido a bordo del Simplon Orient Express. Otra referencia se encuentra en la obra "The Orient Express" ("El Expreso de Oriente"), escrito por Graham Greene. En los filmes, el Expreso de Oriente es citado en "From Russia with love ("Desde Rusia con amor"), de Ian Fleming, así como en la versión de 2004 del filme "Around the world in 80 days"("La vuelta al mundo en 80 días"), entre otros.
El Orient Express, un tren de leyenda que marcó una época en las altas élites europeas.
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